El ETF de Bitcoin, o fondo cotizado en bolsa, sigue el precio de Bitcoin y está listado en bolsas de valores tradicionales, permitiendo a los inversores obtener exposición al precio sin comprar, vender o mantener Bitcoin directamente. Se divide principalmente en dos tipos: uno es el ETF de Bitcoin al contado, que mantiene directamente Bitcoin físico, reflejando precios que están más cerca de la dinámica del mercado; el otro es el ETF de futuros de Bitcoin, que sigue los precios a través de contratos de futuros pero no mantiene Bitcoin físico.
Las entidades del ETF de Bitcoin que compran Bitcoin mejoran la liquidez del mercado y la estabilidad de precios, promoviendo un entorno de trading más maduro y transparente. Representa la entrada formal de los activos cripto en el sistema financiero convencional, con expectativas futuras de expandirse a una gama más amplia de activos cripto como Ethereum, Solana e incluso NFTs, impulsando la diversificación y el cumplimiento en los productos financieros. Además, el comercio estandarizado de ETFs fomenta que toda la industria evolucione hacia estándares más altos de transparencia y seguridad, contribuyendo al apoyo a largo plazo de un ecosistema Web3 saludable.
El ETF de Bitcoin no solo es una herramienta que permite a los inversores participar de manera más conveniente en el mercado cripto, sino que también es un impulso importante para la entrada de capital institucional, la financiarización de la encriptación y el desarrollo de la conformidad. Este producto financiero está cambiando silenciosamente la estructura de financiamiento y la distribución del poder en el mundo de la encriptación, convirtiéndose en un símbolo importante de la integración de cripto y TradFi.